Durante más de tres siglos, el 21 de noviembre de cada año se renueva la peregrinación a la iglesia de la Virgen de la Salud en señal de agradecimiento y encienden velas en honor a la Virgen María encabezada por el patriarca y las autoridades civiles de la ciudad.
La festividad fue creada para conmemorar la erradicación de la peste en 1631 y la consiguiente promesa hecha por el dux para obtener la intercesión de la Virgen María.